Un Recuerdo
Ayer viaje al antaño de mi memoria basándome en el
punto cardinal que ha regido mi vida a través de estos años, haciéndome el fuerte,
haciendo creer al mundo entero lo noble que soy, cuando en verdad sueló ser un
tanto circunspecto, con una extraordinaria oposición hacia lo perfecto.
Posponiendo la cercanía al amor, un amor abierto a
críticas, a verdades y mentiras, que susurra al oído, bajo el largo cabello,
cortando los lazos que unían nuestros dedos, mandando al desierto nuestros
planes y sueños, olvidando risas y recordando llantos.
Entonces me pregunto ¿Sería mejor la muerte? O ¿Es
cierto que el tiempo lo cura todo?
Me dicen que hay puertas cuyo carpintero se esmeró, y en algunas que han sido echas de metal, sin
esfuerzo, y vuelvo a preguntar ¿Veré el corte de la luz en la tierra al corromper
la llama de aquel amor?
Admito bajo este valle en forma de fuelle, que su boca
induce a la mía a pecar, con ese perfecto y extrovertido beso, que me hace despojar
aquellos miedos que fueron transformados por mentiras y críticas para tomar la
verdad como virtud.
Recordando sus ojos brillar como oro con obvia
admiración, viajando al inframundo para implantar nuestra voluntad.
Ahora regreso al presente, quiero expulsar tal emoción
que me hace descender a la cisjordanía oscura.
Y ni el sacerdote sabe que incluso mis moléculas
pecan al recordar tu largo cabello
cubriendo tu cuerpo compuesto por
cada mirada que pisaban mis ojos al observar como descendías al
permitirme abrazarte.
-Samera Kimigton.
-Samera Kimigton.
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